Tras toda una vida de trabajo vendiendo paletas, Fidencio Sánchez no tenía suficiente dinero par poder retirarse a los 90 años. Hasta que un grupo de sus vecinos le dio una mano.
Tras toda una vida de trabajo vendiendo paletas, Fidencio Sánchez no tenía suficiente dinero par poder retirarse a los 90 años. Hasta que un grupo de sus vecinos le dio una mano.